A Jotamario Arbeláez le ofrecieron un dinero por contar su experiencia durante una operación que promete restablecerle el cabello y, por supuesto, no despreció la oportunidad. La revista SoHo ha publicado la primera parte de la historia, que se extenderá por dos artículos más, y en la que el poeta se conduce a sus anchas narrando la larga vida de su calva, echando mano del cliché que combina calvicie con potencia sexual para comparar casos extremos como los de Henry Miller y Sansón, en un artículo delicioso.
En la Clínica del Chicó, el eminente cirujano plástico Ernesto Andrade, quien ha impuesto tantas tetas y culos a tantas reinas que gracias a sus manos peritas han coronado, me practicará un sofisticado implante de fina melena, con el propósito de que escriba mi experiencia con pelos y señales en tres crónicas sucesivas, remunerado con una tarifa exorbitante, y luego me dedique a exprimir los secretos de sus modelos encueradas sin ningún tipo de complejos. No acepté la otra opción quirúrgica que me ofrecía para no despertar envidias ni suspicacias, pero ante todo porque nunca he estado para agrandamientos sino para lo contrario, y para que no se crea que he desistido de la literatura por el sex shop. Eso lo dejo para mi colega Efraim Medina, con el fin de que mejore sus técnicas de masturbación y su sexualidad de pantera rosa.
SoHo también publica otras dos crónicas similares: Eduardo Arias cuenta cómo le reconstruyeron la sonrisa y Antonio García habla de su circuncisión.
Aaaaaaaaaaaaaaaargh! Con lo bonitas que lucen las calvas!
Felicidades por tu blog!
Te he visto citado en
http://www.salollibrebcn.com/blogs.asp
Saludos de un nuevo lector!
¡¡Pero si ahora se llevan las calvas!!
Este señor no está a la última, lástima.
A la oportunidad la pintan calva. La operación de Jota fue un calvario. Lo que más vale es la calavera del poeta. Jota, con o sin operación, no será discípulo de Calvino. Lo que a él más le gusta es Calvacantti. Pelados del mundo, uníos. ¿Reescribirá ahora nuesto Jota la obra La cantante calva? El poeta se salvó por un pelo. No hay calvicie sino molicie, y Jota jamás fue tentado por la última. Calvo lo llevaron, calvo lo queremos. Jota no tiene un pelo de tonto. Calvo clavó un calvito y si el calvito ya no es calvo, el que lo descalvó gran descalvizador será. Ave María.
¿Alguien me puede enviar el correo electrónico de nuestro gran calvo nadaista? Lo requiero urgente. Se agradecerá eternamente este favor en el Calvario.
Necesito que por favor me colaboren con el correo de J Mario Arbelaez, lo necesito urgente, Gracias
Marìa Fernanda