Cuando estuve en Estocolmo me sorprendió no encontrar cibercafés en cada esquina, como en nuestras ciudades. Luego me enteré de que para el sueco es mejor conectarse en su casa o desde su teléfono. Cosas del primer mundo.
El caso opuesto: Cuba. La RFI entrevistó a Manuel Cuesta Morúa, secretario general de Corriente Socialista Democrática Cubana, una organización disidente —y, por supuesto, ilegal—, quien habla de la situación de la red en Cuba. Cuesta explica que las páginas que tocan temas políticos son censuradas, existen “cibercafés” que sólo surten el servicio de correo electrónico y aun así los precios son prohibitivos, y hasta los funcionarios gubernamentales que disfrutan del servicio son vigilados.
El gobierno es el único servidor, y clasifica muy bien los destinatarios y controla muy bien los accesos de cada una de las personas a estos medios de comunicación. (…) Los disidentes usan un acceso muy informal. A veces alguien presta una cuenta, a veces alguien facilita su acceso privado para que los disidentes se comuniquen, pero no hay nada sistemático ni regular que garantice que los disidentes puedan comunicarse con los demás cubanos, vivan dentro o fuera de la isla.
Agrega que el gobierno chino está asesorando al cubano en la construcción de firewalls que impiden el acceso a ciertas páginas. La entrevista puede bajarse aquí.
Algo similar menciona este informe de Reporteros sin Fronteras:
En relación con Internet, el gobierno ha adoptado una postura paradójica. Forma a miles de estudiantes en las nuevas tecnologías —de fuente oficial, actualmente se estarían formando cerca de 30.000—, pero impide a la gran mayoría de la población acceder a la red. (…) Este medio de comunicación se reserva para una élite cercana al poder. Pero, incluso esos pocos privilegiados frecuentemente solo acceden a una intranet, especialmente concebida y filtrada por las autoridades.
El mismo informe presenta unos numeritos que coinciden con otros aportados por Cuesta Morúa durante la entrevista: de los 11 millones de habitantes de Cuba, sólo 120.000 tienen acceso a Internet. El precio medio por 20 horas de conexión es de 45 euros.
Googleando un poco es posible encontrar la tenebrosa justificación de tal situación:
Cuba ha decidido trazar una política de acceso a las redes informativas de alcance global en función de sus intereses, priorizando en la conexión a las personas jurídicas e instituciones de mayor relevancia para la vida y el desarrollo del país. Esta política debe asegurar que la información que se difunda sea fidedigna, y la que se obtenga, esté en correspondencia con nuestros principios éticos y no afecte los intereses ni la seguridad del país. Habrá un estricto control para evitar el intercambio y diseminación de información nociva, como es el diversionismo ideológico, la propaganda contrarrevolucionaria, la desinformación científica y social y la pornografía. Se trata de construir una carretera propia o Intranet y concebir un paradigma autóctono en relación con el acceso y transmisión de información electrónica.
Se trata de un documento de la Facultad de Medicina “Comandante Manuel Fajardo” cuyas autoras intentan explicar qué es eso de Internet, para qué sirve y cuáles son sus riesgos. Data, vayan y lean, de 1997.
Guau!!! cibercafés, esta lleno londres de ellos, y aqui sale más barato conectarse desde la casa, sin embargo el uso del teléfono es super difícil de conseguir y super malo…Sólo los que lo logran pueden conectarse barato.
Saludos
XXAbeja
Interesante justificación…
¿Significa eso que todos los cubanos de la isla con los que yo chateo o intercambio correos, aunque digan que están contra su gobierno, están siendo vigilados? ¿Y todos ellos están enchufaos?
Pues en parte tienen razón: la internet y CNN atentan contra la moral y las buenas costumbres en general. ¡Un hurra para Cuba!
…secretario general de Corriente Socialista Democrática Cubana, una organización disidente —y, por supuesto, ilegal… ¡Sin Comentarios!
…secretario general de Corriente Socialista Democrática Cubana, una organización disidente —y, por supuesto, ilegal—… ¡Sin Comentarios!