Quizás sea cierto que la literatura no puede cambiar el mundo, pero al menos hay que intentarlo. Con esa idea como divisa, Nadine Gordimer reunió a algunas de las firmas más conocidas de la literatura mundial contemporánea y le dio forma a Contar cuentos, una antología que tiene como objetivo llamar la atención sobre la epidemia del sida y, de paso, colaborar con la organización surafricana Treatment Action Campaign (TAC) —que lucha por el acceso al tratamiento para el sida a través del sistema de salud pública— destinándole el producto íntegro de las ventas del libro en todos los idiomas en que sea publicado. Dice la presentación de la antología:
Los cuentos incluidos no son sobre el VIH/SIDA, cada uno de los veintiún escritores ha donado su cuento, que ha sido escogido por sí mismo como representativo de lo mejor de su trabajo a lo largo de una vida dedicada a la narración, sin recibir a cambio ningún tipo de pago o regalías. Por su parte, los editores de cada país en donde se publica este libro, producen y distribuyen el volumen sin obtener ninguna ganancia.
Además de los ganadores del premios Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, Günter Grass, José Saramago, Kenzaburo Oé y la misma Gordimer, el libro incluye relatos de Chinua Achebe, Woody Allen, Amos Oz, Margaret Atwood, Salman Rushdie, Ingo Schulze, Hanif Kureishi, Susan Sontag, Claudio Magris, Paul Theroux, Arthur Miller, Michel Tournier, Es’kia Mphahlele, John Updike, Njabulon Ndebele y Christa Wolf. La edición en español ha corrido por cuenta de Sexto Piso, aunque hasta este momento no se indica el precio que tendrá cada ejemplar.
Hace rato ya que la literatura no se justifica por sí misma en una sociedad mundial eminentemente pragmática; por lo menos en el mundo que yo conozco. Es así como al hecho estético que un libro aspira lograr se ata un hecho caritativo-social. Pobre literatura, trata de sobrevivir en el modelo.
La solidaridad no tiene profesión.Las personas sí. Y una persona con su voluntad, puede transformar el mundo.
Imperdible el libro, con semejante ramillete de autores, lo cual, además, sirve para contribuir a una causa. Magnífico. Estaremos muy pendientes por acá.
PD.-Congratulaciones a los venezolanos por el triunfo de Alberto Barrera Tyska con la novela «La enfermedad» en China.
Creo que la literatura sí cambia. Podríamos decir que es como el amor. Se cambia a sí misma, se traduce, se desenrrolla, se contrae; pero siempre lo hace delante de nuestros propios ojos, y lo hace a pesar que nunca cambia, siempre es la misma.
Creo que la transformación deviene cuando nuestras pupilas se llenan de luz, y es entonces, cuando la gente a nuestro alrededor se transfigura, los alrededores se modifican, se adaptan a la nueva mirada que ha nacido y que a nadie pasa desapercibida.
Saludos,
Me alegra ver que la literatura se «humaniza». Tal vez no en sus formas, pero sí en sus consecuencias. Me parece estupenda esta iniciativa de aunar buena literatura con solidaridad. Gracias por la recomendación.
Un saludo.