El poeta argentino Juan Pomponio agarró un buen día una maleta y se puso a viajar. En buses, carros y motos pasó por Chile, Perú, Ecuador y Colombia antes de llegar a Venezuela, donde ya lleva cuatro meses. Entre nosotros ha sido recibido por colegas poetas de Mérida, San Cristóbal y Cagua, donde junto con Miguel, Marco y otros amigos le serví de anfitrión durante varios días. En Maracay le organizamos un recital; el 11 de abril lo llevé a conocer la Maestranza César Girón, una de las maravillas locales del estado Aragua, donde le tomé la foto que encabeza esta nota. Pasó con nosotros algún tiempo hasta que se fue a Choroní (“No atravesé el continente para irme sin conocer el mar Caribe”, decía antes de tomar el bus a la costa aragüeña). Juan ha plasmado lo mejor de sus aventuras continentales en su blog.
La semana pasada Juan regresó de Choroní y pasó con nosotros un par de días más, aquí en Cagua. Anteayer, los amigos fuimos a despedirlo en el terminal de Maracay, desde donde partió a las 8 de la noche rumbo a San Cristóbal, donde lo esperaba nuevamente el gallo pollo Cruz Yayes para hospedarlo durante algún tiempo más.
Poco después de las 2 de la madrugada, el bus en el que embarcamos a Juan pasó por Guanare, la ciudad donde confluyen los peregrinos que van a rendirle tributo a la Virgen de Coromoto. En una alcabala de esa ciudad santa la policía detuvo el bus y revisó a los pasajeros. Cinco policías, “cinco mierdas de uniformes azules”, como los describiría Juan poco después, razonaron que un pasajero de nacionalidad argentina debía llevar dólares consigo. El problema es que Juan, en efecto, los llevaba.
Tras verificar en sus documentos la nacionalidad de Juan, los policías le pidieron “la visa”. El poeta tuvo que aclararles que él no necesitaba visa para transitar por este país de arepas y eufemismos. Entonces le pidieron el pasaporte y Juan debió bajar, pues lo guardaba en la maleta y ésta se encontraba en el compartimiento del equipaje, al que se tiene acceso sólo desde afuera del vehículo. En este punto dejo que Juan cuente lo que ocurrió:
Me piden el pasaporte. Bajo, lo saco de la maleta y se los doy. Me llevan lejos de los demás, y me preguntan si tengo dólares… Les digo que no porque les percibo la intención… Me dicen: démelos, me revisan y me sacan de los bolsillos los 600 dólares y los 300 mil bolívares, amenazándome que podía ser peor; intento hacer algo pero me intimidaron fuerte.
Afortunadamente no pasó de allí. Un delincuente que es capaz de creerse inmune a la ley por portar un uniforme y un arma oficial, quizás es capaz también de silenciar a un mochilero perdido en las entrañas de un país en el que es desconocido. Juan no ha perdido el aplomo, como comprobé cuando hablamos por teléfono ayer en la mañana. Cruz, por su parte, está desde ayer acompañándolo en el trámite de denunciar a los delincuentes, a los cinco mierdas de uniformes azules, ante el CICPC y ante la prensa.
para que después digan que no hay inseguridad: sigo pensando que es mejor que un malandro lo atraque a uno en Venezuela a que un policía te pida la cédula, porque son malandros con licencia para chorear. Eso que le pasó a tu amigo me ha pasado a mí, y a muchos, desde hace mucho. Mientras no haya gobierno sino mediocres…
al menos se lleva un buen sabor de boca de Venezuela gracias a la hospitalidad de ustedes.
Amargo fin para una estadía que le había sido agradable. Dá vergüenza 🙁
Y mosca sale peor denunciando por esos pueblos con la ley del mas fuerte.
Surrealismo puro, Jorge… Cuesta creerlo, pero eso está pasando
Me causa terror pensar que los turistas que vienen con motivo de la Copa América sepan a lo que se exponen de parte de esta clase agentes de seguridad. Me duele en el alma que en las tierras del Templo Votivo tengamos esa clase de delincuentes uniformados que son capaces de hacer eso y todo lo que se ha denunciado en años anteriores, Grupo de Exterminio. El miedo se vence en el dominio de la conciencia y la denuncia que encuentra eco…en las sombras crece el crimen, con el silencio lo mantenemos en el tiempo.
La Vírgen de Coromoto nos proteja y bendiga al Poeta Peregrino.
¡que tristemente terrible es la realidad venezolana! En nombre de los que NO somos choros te pido disculpas Juan y ojalá todo eso de denunciar sirva para algo positivo…aunque la verdad es que en ese sentido hace rato que perdí el optimismo!!.
Pareciera un relato acontecido en el Africa negra….uff
Por cierto, me encantó la foto con la Maestranza al fondo!
Que pena y que verguenza con el pana Juán, que caos de humanidad, que mundo tan perdido que ya dejó de ser un lugar seguro.
lo del «África negra» de Troka habla de un racismo que da más miedo que todos los policías choros de Venezuela: ¿hasta cuándo vamos a seguir pensando de esta manera «el-perro-manda-al-gato-y-el-gato-al-garabato»? ¿No se dan cuenta que así como discriminamos a los del «África negra» (cualesquiera cosa que eso signifique) así nos discriminan a nosotros en el mundo? Cuidados con tu visión del mundo, que en eso se convertirá…
DESGRACIADAMENTE ESA ES LA VENEZUELA EN QUE VIVIMOS. ES UN TURISMO DE AVENTURA ES LO QUE SE PRACTICA AQUI. NO ME ASOMBRO PORQ LO HE PERDIDO, HEMOS PERDIDO EL RUMBO Y EL PUNDOHONOR, NOS HA SILENCIADO EL ALMA, YA NO EXISTIMOS,SOLO SOMOS UNOS NIÑOS ASUSTADOS ANTE UNA BOTA MILITAR.
Si Juan Pomponio fuera conocido a nivel nacional, seguro dirían los fablistanes de marras que eso que le sucedió tiene que ver -de alguna tozuda forma- con RCTV. No busquemos la política en ese hecho. No es algo que sólo pasa en Venezuela.Pudo ser peor.
Gracias querido Jorge por tu apoyo.
Todo esto que pasa es parte de la brutalidad que impera en el ser humano. La poesía de mi corazón nunca podrá ser frenada por la actividad de seres que se arrastran en las sombras. La codicia de esos policías es la misma que tiene la inmensa mayoría que ven en la salvación material como el único camino. Es parte del gran juego de la vida. Y todo tiene su lado positivo. El día que aprendamos a mejorar todas nuestras imperfecciones como raza, la humanidad podrá mejorar hacia un sendero de mayor elevación. Venezuela es un país chévere, no será opacada por estos tipejos elementales y primitivos. ya es parte del pasado, mi camino sigue con mayor fuerza.
Un gran abrazo agradecio
Juan Pomponio
dejame publicar este post en mi blog????
Claro, Rafael, y no olvides el enlace! 😀
Epale, pasame de nuevo el teléfono de Juan Pomponio, para intentar contactarlo otra vez desde la radio la próxima semana! Lamento que haya tenido esa experiencia, a nosotros nos pasó algo similar en 2002 visitando EEUU. Fue terrible. Afortunadamente ustedes lo han agasajado gentilmente y por su nota, el ha entendido de que se trata de algo que puede haber pasado en cualquier lugar o momento. Saludos . Marialcira Matute
Hola!yo soy viviana y al leer esto me preocupe un poco ya que no tenia noticias de Juan desde hace mucho tiempo,me gustaria contactarme con el,si vos podes pasarle mi direccion estaria muy bueno,el sabe quien soy,el me decia la polaquita,desde ya muchas gracias!!
hola amigo es tu gente de choroni, sabes nos da tristeza saber lo que te paso y tranquilo arriba hay un dios que ve para abajo…. saludos te esperamos pronto con cariño
Hola juan es un honor que estes en mi pais…..abrazos…
Juan amigo.. no sabia q te habian pasado esas cosas aca en el pais… no te veo desde el dia en q subist al bsu para choroni.. recuerdas hermano.. hehehe.. coño q chimbo q nuestras autoridadessean los mismos hampones hasta peores.
Yo soy de buenos aires argentina Juan Ponpoño es amigo de mis padres y una exelente persona yo lo conosco a el y a toda su familia y es UNA exelente persona … ahhh Juan tmb Te manda Saludos Daniel Morey
un beso
Leandro
Patricia
Damian
bueno eso es normal aqui en venezuela mas no roban o quitan dinero los policias y los militares que son loq ue nos deben de cuidar que los mismo malandras pero que le hacemos en este pais y los demas paises siempre hay alguien que la cage
Bueno, en Venezuela ocurre lo mismo que en la mayoría de los países del entorno; quien no sirve para nada, se saca cuatro fotografías e ingresa en la policía.
En Argentina, más al sur, tampoco es diferente.