Después de leer el inicio del Quijote, recibir el premio Cervantes de manos del rey e inaugurar un centro de estudios latinoamericanos con otros dos ganadores, Juan Gelman se fue al Instituto Cervantes para dejar, en la caja 1.028 de la bóveda, un legado que volverá a ver la luz dentro de 42 años, el 3 de mayo de 2050. En la foto se lo ve guardando un pergamino envuelto en satén rojo, acompañado por Carmen Caffarel, la directora del Cervantes. En CervantesTV se puede ver el documental Juan Gelman y otras cuestiones, del tocayo Jorge Denti, que inicia con unas palabras del maestro que he usado en el título de esta nota. Hoy a las 8 de la noche, Gelman se batirá en «duelo poético» con Antonio Gamoneda. Para no perdérselo. Si uno estuviera en León, claro.
La muerte me enseñó que no se muere de amor; se vive de amor
Categoría: Siendo un escritor
Juan Gelman es un arquetipo de la entereza latinoamericana, históricamente caminó los días con la coherencia firme de un árbol de quebracho, (árboles que sólo crecían en Argentina y un poco en el Paraguay). Antes de este premio su poética ya tenía destino de eternidad, como todo lo que moviliza las fibras de nuestro ser.