Escribe Luis Barrera Linares sobre el ego de los escritores y cómo los afecta en sus relaciones con los editores, los lectores y, cómo no, los otros escritores:
Digamos que hay editores maulas y otros que realmente no lo son, pero todos necesitan sobrevivir, tarea que no es fácil en un mercado bibliográfico tan oscilante y deprimido como el venezolano. Sin embargo, eso no justifica que el autor o autora siempre deba pensar que no es que sus libros no se venden sino que el editor lo estafa permanentemente. Sabemos que hay editores locales y foráneos que no reportan todo lo que venden. Y que incluso existen los que pagan un desmirriado y a veces diezmado porcentaje con base en el precio de costo y no en el precio de venta al público. Pero eso tampoco significa que constantemente nuestros volúmenes sean best sellers por los que los lectores se desviven apenas salen al mercado. Y sin que tengamos que mover ni un dedo. No acabamos de entender que a veces la «fama» de un escritor no pasa de los linderos de sus amistades y conocidos.