En Cuba la disidencia digital tiene un precio de siete dólares la hora y un costo en hostigamiento y expedientes. Escribir un blog, que por estos lares es una cuestión común y en la mayoría de los casos hasta banal, allá puede acarrear amenazas y acciones concretas en contra del autor, como contaban ayer en esta entrevista Yoani Sánchez, Reinaldo Escobar y Miriam Celaya. Medio siglo de monarquía hace que aparezcan la usurpación y la tiranía –Bolívar dixit–, y para éstas un cerebro fluyendo a contracorriente es un peligro.
En ese mar de la felicidad donde un trabajador gana alrededor de veinte dólares al mes, el precio de la hora de conexión impide que cualquiera pueda conectarse. Así que todos aquellos que no cuenten con acceso garantizado por el gobierno tienen que resolver el problema del costo. Por mencionar un ejemplo, Yoani –la conocida bloguera de Generación Y– escribe en casa y una o dos veces por semana va a un hotel a conectarse para publicar lo escrito. En otros casos las tarjetas prepago de Internet son costeadas por lectores desde el exterior.
De tal manera que la blogosfera cubana es aún reducida. Yoani lo comenta en la entrevista:
Yo calculo que la blogosfera alternativa cubana sobrepasa la treintena de personas. Crecemos y mientras más seamos más fuertes somos. Hay otra blogosfera oficial cuyo número es mucho más grande, unos 200, a casi todos los periodistas oficiales se les empuja a tener un blog.
Un caso a tomar en cuenta.
Es admirable todo lo que hacen Yoani y compañía. Más allá de los contenidos (que son excelentes en su mayoría) todos y cada uno de los autores de los blogs disidentes (más bien contestatarios), luchan día a día contra el seguimiento y control de los organismos represivos. Tener ideas propias y, peor aún, expresarlas, es casi un pecado mortal por el cual se está expuesto a las retaliaciones que a bien tenga el estado ejercer sobre el ciudadano. ¿No suena algo así como Lista Tascón?
En fin, lo cierto es que estos héroes luchan día a día contra todo el sistema sólo porque piensan.
PD: Una pequeña observación, se escribe Yoani, Jorge. Saludos desde Barquisimeto.
Gracias, 3rn3sto, por la observación. Ya corregí el gazapo heredado de la página de la BBC.
Por cierto que Yoani tiene un muy interesante post reciente sobre el uso en Cuba de la palabra compañero. Jugoso para un post sobre situaciones similares en Venezuela.
Efectivamente Jorge, leí el artículo y con tu comentario me impulsas a escribir algo al respecto.
Sobre la observación, no hay nada que agradecer, disfruto mucho las lecturas que ofreces y casualmente (porque jamás lo hago) me di cuenta de ese detalle.
Saludos 🙂
Me disculpo por el fastidio, pero es que ya publiqué el texto que te mencionara en el comentario anterior. Pásate por mi blog y lo verás.